Cómo ser feliz cuando todo va mal (15 claves para lograrlo)
La felicidad no es la ausencia de problemas, es algo más grande que eso. Es cierto que no podemos ser felices al 100% las 24 horas del día, a cada minuto y cada segundo que vivimos.
Pero sí que se pueden poner en práctica algunas claves para aprender cómo ser feliz y vivir una vida mejor de la que tenemos.
Sé que animarse y motivarse es relativamente fácil cuando en tu vida no hay muchos problemas y sólo estás un poco bajo de ánimos.
Por eso este post es especial y diferente a cualquier otro que leerás en Internet.
Aquí no sólo voy a darte algunos consejos para ser más feliz: vas a aprender a encontrar tu felicidad cuando todo vaya mal en tu vida, y cuando más difícil te parece recuperarte de un duro golpe o situación.
Cómo ser feliz cuando todo va mal en tu vida
1. Piensa que esto también pasará
A veces, la vida nos da golpes tan fuertes que creemos que nuestras heridas nunca se cerrarán ni se curarán.
Pero es en esos momentos, cuando tengas cualquier tipo de problema, donde tienes que recordar quenada dura para siempre. Da igual que sean preocupaciones en tu trabajo, con tu familia, o situaciones estresantes.
Nada es eterno.
Después de unos minutos o unas horas de lluvia, siempre sale el sol; y cuando es su hora, el sol se oculta para dejar paso a la tranquila noche. Pero nunca se ha puesto el sol para siempre, ni ha estado diluviando desde el principio de los tiempos.
Y tú debes entender que tu situación no es diferente a eso: los malos tiempos pasarán, y otros mejores vendrán; pero ninguno durará eternamente.
2. Siempre hay un lado positivo
Cuando las cosas van mal, es díficil darte cuenta de lo bueno que puedes tener. Es más sencillo estar ciego ante algo bueno y concentrarte sólo en lo malo.
Por eso es importantísimo que te mires a ti mismo de forma objetiva, y reconozcas que no todo está mal en tu vida. ¡También hay cosas buenas en ella!
Por muy pequeñas que sean, debes esforzarte en ver lo positivo que tienes.
Y sé qué estás pensando ahora mismo: no Jenny, no hay NADA positivo en mí ahora mismo.
Lo siento pero no te creo. Eso es imposible.
¿Quieres que te diga algo bueno que tienes? ¡Estás vivo o viva! Tienes una vida y en ti está el poder para arreglar los problemas que tengas.
Así que no me vengas con excusas y aprovéchala al máximo en vez de lamentarte. Las personas enterradas en los cementerios no tienen la misma suerte que tú…
3. Puedes pedir ayuda
Pedir ayuda puede ser difícil a veces. Lo sé porque soy (o era) de esas personas a las que les cuesta hacerlo a no ser que me encuentre desesperada.
Pero ¿sabes qué? En los dos últimos años me he dado cuenta de que no pasa nada por hacerlo; de hecho, es una de las mejores maneras de encontrar apoyo en los peores momentos.
Si alguien te ofrece su ayuda, diles específicamente qué es lo que necesitas.
No tengas miedo de llamar a tus amigos y familiares para pedírselo, porque siempre va a haber alguien dispuesto a tenderte su mano.
4. Se agradecido contigo mismo
Agradecerte y valorarte por las cosas que logras es una de las claves para mejorar tu autoestima yaprender cómo ser feliz contigo mismo.
Hay muchos estudios que demuestran que la gratitud (no sólo con los demás, sino con nosotros también) reduce la ansiedad y la depresión, y te ayuda a ser más positivo.
No pienses que cada objetivo o meta que consigues no tienen importancia, y que no te mereces esos triunfos. Da gracias por ello y valóralos de forma objetiva.
Piensa en el esfuerzo, en el trabajo, o en la voluntad que has puesto para lograrlos, y agradécete a ti por haber sido capaz de hacerlo.
Pero tampoco olvides los pequeños detalles que hacen que la vida sea más alegre.
Si has compartido un instante con un amigo o amiga en el que habéis reído, si has llegado pronto a casa porque no había mucho trabajo que hacer, da también las gracias por ello.
Acumula esos pequeños momentos de felicidad cada día, y piensa en ellos antes de acostarte y en la suerte que has tenido por vivirlos.
5. En unos años, tus problemas no importarán
Esto está bastante relacionado con el punto uno. Muchos de los problemas que tienes hoy no importarán demasiado dentro de unos meses, de un año, dos años, o de cinco.
Recuérdate a ti mismo que la mayoría de cosas que están mal ahora son sólo un pequeño porcentaje de tu vida, no el total de ella, y que al final pasarán.
No sirve de nada preocuparte demasiado y lamentarte; si realmente quieres deshacerte de ese problema, deja de quejarte, haz lo mejor que puedas para solucionarlo, y pronto todo habrá pasado y estará solucionado.
6. Ya has pasado por malos momentos antes
Una de las cosas más importantes que debes recordar cuando estés en una situación difícil, y no veas ninguna solución a ello, es que ya has manejado otros problemas en el pasado.
No mires a esos malos momentos anteriores que superaste con éxito como si no tuviesen importancia, porque la verdad es que sí la tienen.
Aunque ahora te parezca lo contrario, has luchado y has vencido contra situaciones igual de malas o incluso peores, ¡y sigues aquí en el presente viviendo!
Al recordarte esto, ganarás confianza en ti y conseguirás manejar mejor las preocupaciones que tienes ahora, y aprenderás a superarlas para ser más feliz.
7. El dolor es parte de tu crecimiento personal
A veces, la vida nos cierra puertas para darnos una oportunidad de seguir adelante. Y eso es algo muy bueno porque si no pasa esto, no nos movemos a menos que las circunstancias nos fuercen a hacerlo.
Cuando estés en tus momentos más bajos, recuérdate que el dolor siempre tiene un propósito.
Aléjate de lo que te hace daño, pero no olvides la lección que te ha enseñado.
Sólo así, moviéndote hacia adelante y aprendiendo de los golpes en vez de quedarte parado en el mismo sitio, lograrás avanzar y encontrar la felicidad que buscas.
8. Preocuparte y quejarte no te hará feliz
Los que más se quejan son los que menos consiguen. Si tienes un gran problema que no te deja ser feliz, sentándote en un rincón a llorar y lamentarte no va a cambiar nada ni mejorará nada.
Tienes que pasar a la acción, buscar soluciones para arreglarlo, hacer un cambio y no mirar atrás nunca.
La verdadera felicidad sólo te llegará cuando dejes de quejarte por tus problemas y empieces a hacer algo para solucionarlos.
¿Y sabes cuál es el mejor remedio para esto? Salir de tu zona de confort.
Cuando empiezas a hacer cosas a las que no estás acostumbrado, que incluso te resultan algo incómodas, tu mente cambia: se vuelve más optimista y trabajadora, más dispuesta a buscar soluciones y alternativas para cada problema que se presenta.
Y gracias a eso, cuando te enfrentas a un reto, en vez de quedarte paralizado y preocupado ante una mala situación, conseguirás pasar a la acción y luchar por hacerla desaparecer.
9. Cambia tu mente
Las personas tenemos una mala disposición a recordar siempre lo negativo y olvidarnos de lo positivo.
Pero gracias a que nuestros cerebros son inteligentes, y se adaptan más rápido de lo que crees a cualquier cambio, podemos entrenarnos para tener una mente más positiva y feliz.
El mindfulness es una práctica que te ayudará a conseguirlo. Consiste en concentrarte en tus experiencias en el momento presente sin juzgar tus pensamientos o sentimientos.
Mira la situación que vives como si fueses otra persona que te está observando, y busca de forma objetiva qué está bien y qué está mal en tu vida, y soluciones a tus posibles problemas.
Otro ejercicio que te recomiendo hacer es cambiar tus pensamientos negativos. Cuando a tu mente venga una frase negativa, cámbiala por otra positiva.
No puedo hacerlo —> Sí puedo hacerlo aunque cometa errores.
Nunca hay nada bueno en mi vida —> Mi vida tiene cosas malas, pero hay muchas más que son buenas.
Soy un tonto, no hago nada bien —> Soy una persona inteligente aunque a veces haga algo tonto.
Otras prácticas que te ayudarán a ser más feliz y más abierto son disciplinas como por ejemplo el yoga, el tai chi o la meditación, ya que ayudan a que la mente conecte realmente con tu cuerpo.
Puedes apuntarte a una clase de este tipo si quieres, o buscar alguno de los muchos vídeos que hay en YouTube para empezar a practicar en tu propia casa.
10. Visualiza tu mejor “yo” posible
Este es un ejercicio que está demostrado para aumentar tus sentimientos de felicidad y bienestar.
Consta de dos pasos básicos: visualizar cómo tu “yo” futuro se verá cuando hayas conseguido tus metas, e identificar las características que necesitas usar o aprender para llegar hasta donde quieres.
- Comienza imaginándote en el futuro, en el momento en que has conseguido llegar a donde quieres. Elige unos cuantos objetivos que quieres cumplir, e imagina que ya los has logrado.
- Visualiza cómo es tu “yo” futuro, con todos los detalles que te sean posibles. Por ejemplo, si lo que te haría feliz es convertirte en músico, ¿cómo es para ti el éxito habiéndolo conseguido? ¿Qué es lo que haces o qué creas? ¿Cómo te sientes al hacerlo?
- Escribe todos los detalles de este escenario, y luego, imagina todas las habilidades que necesitaráspara llegar ahí.
- Mira qué cualidades son las que ya tienes para conseguirlo, y cuáles son las que debes mejorar o aprender para lograrlo. Así, podrás dar el primer paso en tu camino hacia el éxito y la felicidad sabiendo exactamente qué necesitas hacer.
11. Quiérete a ti mismo
Para ser feliz, tienes que aceptarte a ti mismo: tu personalidad, la forma en que hablas y te ves, todo lo que te hace ser “tú”. Eres una persona única de gran valor y que se merece respeto y amor.
Una vez interiorices esto en tu cabecita, estarás más cómodo contigo y aumentarás tu felicidad.
Ser feliz no significa estar rodeado de personas que te alaban y dicen lo bueno que eres. Puedes tener mucha gente alrededor, y sentirte completamente solo o sola.
Y tampoco significa poder comprar todo lo que quieras para lucir mejor y verte mejor por fuera. Un coche caro, unos bonitos jeans, o un vestido glamuroso no lograrán llenar un vacío de tristeza.
La felicidad nace de tu propio interior, y empieza amándote a ti mismo, con todos tus defectos y virtudes, y aceptándote tal y como eres, no como los demás quieren que seas.
12. Ponte metas que signifiquen algo para ti
La mayor parte de las veces, cuando estamos deprimidos y no nos sentimos bien, es porque no tenemos ningún propósito concreto en nuestras vidas.
Por eso, los objetivos personales que realmente signifiquen algo para ti, y que sean específicos, son importantes para aumentar tu autoestima y tu felicidad.
Es muy fácil decir quiero tener más dinero o me gustaría ser un profesional en esto; pero si no sabes elpor qué quieres hacerlo, si no es algo concreto, y si no haces nada por conseguirlo, de poco servirá.
Así que en vez de pensar quiero tener más dinero, profundiza por qué te gustaría conseguir eso, cómo puedes hacerlo para llegar ahí, y pasa a la acción empezando cuanto antes a dar el primer paso para llegar a tu meta.
13. Elige lo que te haga feliz
¿Por qué la mayor parte de nuestras vidas las pasamos haciendo cosas que no nos gustan o que incluso odiamos?
Estudio Derecho porque mis padres quieren que me convierta en abogada, pero no me hace feliz.
Trabajo en un empleo que me desagrada sólo porque pagan bien.
Voy al gimnasio con un amigo para acompañarle y estar con él, aunque odio hacer ejercicio en esos sitios.
¿Te das cuenta que la vida es demasiado corta para desperdiciarla con cosas que no te hacen feliz, y que siempre hay alternativas que puedes tomar y que son mejores para ti?
Si has respondido con un “sí” a esa pregunta, tengo otra para ti: entonces ¿por qué si lo sabes, sigues haciéndolo?
Te diré la respuesta: porque das prioridad a los demás antes que a ti mismo.
Y llevas tanto tiempo valorando a otros en vez de a ti, y haciendo lo que quieren en vez de lo que TÚ quieres, que todas esas situaciones seguramente sean las que te han llevado a no sentirte bien ahora con lo que haces.
Porque en realidad NUNCA has hecho lo que tú querías. Así que este es el momento de elegir lo que te hace feliz.
Si es otro empleo, busca un trabajo que te llene en otro sitio; si no quieres estudiar Derecho, ¡no lo hagas! El 90% de tu felicidad depende de que tomes decisiones y hagas lo que te gusta y lo que te satisface a ti, no lo olvides.
14. Sigue tu intuición
Hay decisiones que antes de tomarlas, debes pensarlas bien; pero muchas otras veces, sopesar todas las opciones que tienes sólo te causará estrés y provocará una sensación de infelicidad en ti.
Para esos momentos, la naturaleza humana nos ha dado algo muy valioso: la intuición.
Déjate llevar por lo que crees que es mejor o por aquello que piensas que será la decisión correcta, y deja de pensar tanto y llenar tu cabeza de dudas y preocupaciones que no te llevarán a ningún lado.
Si tu cabeza no puede elegir, deja que sea tu corazón el que te guíe. Descubre qué caminos se abren ante ti, y disfruta más de la experiencia.
15. ¡Estás vivo!
Por último, cuando creas que todo va mal y que no hay felicidad ninguna en ti, piensa en esto: estás vivo para contarlo.
Muchas personas que ayer vieron el atardecer, hoy no pudieron despertar para ver amanecer.
Algunas se fueron por culpa de un accidente, y para otras su enfermedad les ganó la batalla.
Pero tú estás aquí, con tus problemas, es cierto, pero viviendo todavía. Así que no malgastes tus preciosos momentos que vives cada día – por muy pequeños que sean – en preocuparte por algo que tiene solución.
Se feliz por el hecho de que tienes una vida hoy para disfrutarla en toda su plenitud.